El desarrollo moral en la educación desde Jean Piaget
Según Laroden (1995), para
Piaget analiza el desarrollo moral individual en contraposición a la moral
impuesta por el mundo de los adultos, señalando que sólo la discusión entre
iguales y la cooperación pueden realizar lo que la presión intelectual no puede
llevar a cabo.
Desde la óptica de este
teórico el desarrollo moral va presentando cierta evolución en el individuo;
este se presenta de dos maneras: la primera consiste en un análisis de las
reglas a partir del juego infantil, considerado por Piaget como una institución
social que tiene sus reglas; en el cual se establece el respeto que debe cumplirse
al seguimiento de las mismas lo cual genera la presencia de la moral desde la
edad infantil.
Para Piaget, el juego implica
un primer ámbito en el cual el individuo tiene un acercamiento al sistema construido
por determinadas reglas que hay que tener en cuenta y en el que el niño
comienza a ejercer dicho respeto, por lo tanto, se advierte la eliminación de
la influencia directa del adulto.
Este proceso se caracteriza por presentarse en cuatro etapas; la primera denominada etapa moral e individual en la que el niño se centra en sus propios deseos que conlleva adquirir la conciencia de la regularidad. La segunda etapa egocéntrica en la que al interactuar con sus pares no se presenta un signo de control sobre sus compañeros de juegos, sino para él mismo. La tercera se centra en la cooperación en la que se comienza a socializar más directamente al acordar mutuamente las reglas que deberán regir y, por lo tanto, respetar en el juego; se experimenta, entonces, la regla por sí misma. Finalmente, en la cuarte y última etapa se advierte la codificación de reglas, en la cual ya se tiene conciencia de la lo necesario de estas, así como de su establecimiento a través del consenso del grupo.
Por otra parte, la segunda manera de adquirir un desarrollo moral, Piaget se centra en lo que denomina “realismo moral” que consiste en la predisposición del niño para considerar los deberes y valores que se relacionan con ellos como absolutos; indistintamente de su imposición, independientemente del contexto, es decir de forma intrínseca.
Este proceso se caracteriza por presentarse en cuatro etapas; la primera denominada etapa moral e individual en la que el niño se centra en sus propios deseos que conlleva adquirir la conciencia de la regularidad. La segunda etapa egocéntrica en la que al interactuar con sus pares no se presenta un signo de control sobre sus compañeros de juegos, sino para él mismo. La tercera se centra en la cooperación en la que se comienza a socializar más directamente al acordar mutuamente las reglas que deberán regir y, por lo tanto, respetar en el juego; se experimenta, entonces, la regla por sí misma. Finalmente, en la cuarte y última etapa se advierte la codificación de reglas, en la cual ya se tiene conciencia de la lo necesario de estas, así como de su establecimiento a través del consenso del grupo.
Por otra parte, la segunda manera de adquirir un desarrollo moral, Piaget se centra en lo que denomina “realismo moral” que consiste en la predisposición del niño para considerar los deberes y valores que se relacionan con ellos como absolutos; indistintamente de su imposición, independientemente del contexto, es decir de forma intrínseca.
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